Perón, el eterno represor

Confusión desagradable

San Cristóbal, febrero 17 – El señor (…) Metehell regresaba (…) a las siete de (…) La Forestal, en un “sulky”, y al entrar en el pueblo por el camino real que costea la vía férrea vio un grupo de soldados en posición de cuerpo a tierra y a un oficial con un arma en la mano; y como tomara a todos ellos por posibles asaltantes, sólo atinó a disparar dejando al vehículo volcado en el camino, y después de haber sentido que los soldados le hacían dos descargas. Esto es lo que expresa el mencionado señor Metehell; por su parte, el teniente Perón, que mandaba el piquete que intervino en este hecho, piquete que forma parte del núcleo de fuerzas que custodia las dependencias locales de los ferrocarriles del Estado, manifiesta que tenía conocimiento de que obreros de dicho ferrocarril se proponían causar daños en las vías, por lo que resolvió realizar un reconocimiento, y que, al notar el avance de su “sulky” ordenó a los soldados que echaran cuerpo a tierra, y al conductor de aquél que se detuviera; pero que como no fuera obedecido, hubo de hacer fuego. Agrega (que) como el “sulky” quedara abandonado, lo entregó a la policía local, la que instruye el sumario respectivo. El comercio ha dirigido un telegrama al Ministro de Obras Públicas de la Nación para pedirle que dé pronta solución al conflicto existente en los ferrocarriles del Estado, que tantos perjuicios ocasiona. En las secciones de tráfico y tracción se han presentado algunos obreros a pedir su reingreso; pero la mayoría de aquellos permanece en la actitud inicial.

La Prensa, 18/12/19, pág 11.

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